Félix Espoz / Imagen: Miguel Ángel Escobar. Madrid
Alfonso Domínguez-Gil Hurlé, director del Servicio de Farmacia del Hospital Clínico de Salamanca, ha señalado que el desarrollo de un fármaco a través del procedimiento tradicional puede llevar 12 años, mientras que en los ensayos clínicos con marcadores genéticos, que actúan únicamente sobre pacientes respondedores, se reduce el tiempo, el coste, se aumenta la probabilidad de éxito y se precisan menos pacientes.
Domínguez-Gil Hurlé.
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Domínguez-Gil Hurlé ha afirmado que la FDA ayuda a las compañías farmacéuticas a integrar la genómica en el desarrollo clínico de nuevos fármacos y que un aspecto clave para los sistemas sanitarios es que muchos fracasos terapéuticos previos pueden ser reparados en subgrupos de población con marcadores genéticos específicos. Y ha destacado que en febrero de este año se ha publicado por la FDA la primera guía de farmacogenómica para el desarrollo clínico de medicamentos.
Estas declaraciones la ha realizado en el Foro Sanitas ‘Medicina personalizada: aquí y ahora’, en el que ha analizado el estado del arte de la medicina personalizada, analizando las terapias que tienen en cuenta los genotipos del paciente en diversas enfermedades como el VIH.
También ha hecho referencia al impacto económico de la medicina personalizada, que se basa en “la mejoría de la predicción de la respuesta, reducción de los costes asociados a pacientes no respondedores, reducción de los costes asociados a los efectos adversos, administración de dosis individuales a la necesidad del paciente, reducción de costes asociados al desarrollo de nuevos fármacos y mejora de la adherencia, con los consiguientes beneficios asistenciales”.
Papel del Interterritorial
Por su parte, Patricia Flores, vicenconsejera de Asistencia Sanitaria de la Comunidad de Madrid, ha señalado en la inauguración del foro que “el Consejo Interterritorial debe definir qué cartera de servicios vamos a ofrecer en genética, tratamientos genéticos y medicina personalizada”, un campo en auge que empieza a ser una realidad en el abordaje de determinados pacientes.
Flores ha explicado que “hay que crear un marco administrativo-legal para que la nueva medicina se desarrolle”; papel que le atribuye al Interterritorial, que “debería plantear una estrategia que afecte a todas las comunidades y defina la cartera de servicios”. Según la viceconsejera, se debería fijar con qué patologías y qué fármacos empezar: “Sería bueno que priorizáramos todos en una dirección común, con una base científica detrás”. Por último, ha considerado que no se puede perder de vista el enfoque sobre la formación de los profesionales en este tema: “La especialidad en genética en el Ámbito del SNS está con una gran interrogante”.
Ha agregado que en Madrid ya se están dando pasos importantes, con las cuatro Unidades de Consejo Genético y “varias instituciones y Servicios de Diagnóstico Genético Molecular que son referencia a nivel mundial”. Y ha argumentado que, ante la pregunta ¿Cuánto está dispuesta la sociedad a aportar para financiar una medicina de este tipo?, la respuesta es “lo que sea necesario, siempre que sea coste-eficiente”.
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